Gabriel Figueroa es uno de los más grandes artistas mexicanos. Ha sido llamado el cuarto muralista, tras Rivera, Siqueiros, y Orozco. Figueroa fue amigo de los tres y el cinematógrafo tomó prestado elemenots pictóricos de ellos y los pintores también tomaron prestados elementos de él.

Como para los muralistas, los temas de Figueroa son México y lo fotografió como si fuese la estrella más grande de todos los tiempos. Hizo que sus paisajes fueran glamurosos e incluso eróticos y crueles. Pero no fue solo un fotógrafo paisajista, también exploró el rostro humano, las sonrisas, le peso de siglos de tristeza tras la mirada de una mujer, y la tosquedad de la quijada de un hombre. Al igual que los muralistas tomó elementos que parecían clásicamente mexicanos y lo volvió universales.